Marcos Fernández (cuya anterior identidad era Nélida Fernández) escuchó en vivo y en directo desde la Cárcel de la Mujer, vía Zoom, el rechazo a su pedido de libertad condicional, por lo que deberá continuar purgando lo que resta de la pena de 20 años de prisión por el asesinato de la docente Beatriz "Betty" Argañaraz, perpetrado en 2006 junto a Susana del Valle Acosta. Sin embargo, el recluso rompió el silencio y aseveró que ni él ni su actual esposa tuvieron relación con el crimen.
"Todavía estamos injustamente en cárcel por algo que no hicimos, y recién en 2019 nos dijeron que no nos daban ningún beneficio porque no nos hacíamos cargo del delito. Pero en las cárceles también hay personas inocentes", sostuvo Fernández, luego de que la jueza penal Carmen Rosa López le cediera el uso de la palabra durante la audiencia.
Fernández y Acosta, ex novicias y colegas de Argañaraz, recibieron en diciembre de 2009 una condena a 20 años de prisión por el crimen de la docente, perpetrado el 31 de julio de 2006.
En este tiempo, la pareja se había mantenido en silencio, y se había abstenido de revelar dónde estaba el cuerpo de "Betty". La hermana de la víctima y querellante en la causa, Liliana Argañaraz, le pidió a Fernández que por fin le llevara tranquilidad a su familia y le permitiera recuperar los restos. Sin embargo, el recluso no dio ningún dato al respecto, e insistió con que ni él ni Acosta tuvieron vinculación con el asesinato.
“Lo que quiero es salir de la cárcel, no estar como rehén del Servicio Penitenciario ni de la señora Liliana Argañaraz”, argumentó Fernández.
“Está cumpliendo una pena”, le respondió la jueza al preso.
“Sí, su señoría, pero ya hemos superado ampliamente los tiempos que permiten acceder al beneficio de la libertad condicional”, retrucó Fernández.
Tras escuchar a las partes, López resolvió rechazar lo solicitado por el homicida de Argañaraz, dado que los informes técnicos incorporados al expediente resultaron desfavorables.
La voz de la querella
Durante la audiencia virtual, Liliana Argañaraz hizo uso de la palabra por ser querellante en la causa por el crimen y la desaparición de "Betty". "Las pericias señalan que terminaron con la vida de mi hermana. A pesar de la condena de 20 años, no tuvieron la empatía ni el arrepentimiento, continúan con la saña, con la maldad de no decir dónde está el cuerpo de mi hermana, para así terminar con el calvario que no sólo vive mi familia, sino toda la sociedad tucumana”, afirmó Liliana.